El nacimiento del Eixample: la Barcelona moderna
Cuando paseas hoy por el Eixample —esas calles anchas, cuadriculadas y llenas de vida—, puede parecerte algo natural, como si siempre hubiera estado allí. Pero lo cierto es que el nacimiento del Eixample fue un proceso revolucionario que transformó Barcelona para siempre.
Hoy te contamos cómo surgió este barrio, quién fue su gran impulsor y por qué sigue siendo un símbolo de la Barcelona moderna.
¿Cómo era Barcelona antes del Eixample?
Antes de mediados del siglo XIX, Barcelona estaba encerrada entre murallas medievales.
Imagina una ciudad densamente poblada, con calles estrechas, falta de higiene, problemas de salubridad y un crecimiento poblacional desbordado debido a la Revolución Industrial.
Las murallas, que en su momento protegían, se habían convertido en una cárcel que impedía la expansión necesaria para una ciudad en pleno auge económico.
Dato curioso:
👉 En 1854, después de años de presión ciudadana y política, las murallas fueron finalmente derribadas, abriendo el camino a una nueva Barcelona.
¿Qué significa “Eixample”?
“Eixample” significa “ensanche” en catalán.
Es, literalmente, el espacio que se añadió para permitir que la ciudad creciera hacia el exterior, absorbiendo antiguos municipios como Gràcia, Sants o Sant Martí.
Pero no se trataba solo de extender la ciudad: se quería hacer de manera racional, saludable y moderna.
Ildefons Cerdà: el visionario detrás del Eixample
El gran artífice del Eixample fue el ingeniero Ildefons Cerdà.
En 1859, Cerdà presentó su Plan de Ensanche de Barcelona, que rompía completamente con la estructura medieval:
- Calles anchas y rectas, diseñadas para la circulación del aire y la luz solar.
- Manzanas cuadradas con esquinas recortadas en chaflán para mejorar la visibilidad y la circulación de carros (y más tarde, de coches).
- Zonas verdes dentro de cada manzana (aunque con el tiempo, muchos patios interiores fueron ocupados por construcciones).
- Distribución equitativa de servicios básicos (escuelas, mercados, hospitales) para democratizar la calidad de vida.
Cerdà pensaba en una ciudad para todos, no solo para la élite.
Era un urbanista adelantado a su tiempo.
¿Cómo se construyó el Eixample?
Aunque el plan original de Cerdà era ambicioso, su aplicación práctica tuvo modificaciones:
- Los intereses económicos de los propietarios de terrenos hicieron que se construyera de forma más densa de lo previsto.
- Las zonas verdes dentro de las manzanas, pensadas para jardines comunitarios, se privatizaron en muchos casos.
- Aun así, el trazado general y el espíritu del proyecto se respetaron, y el Eixample creció de manera ordenada.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el Eixample se convirtió en el corazón de la nueva Barcelona burguesa, impulsando movimientos como el modernismo.
Eixample y el Modernismo: una pareja inseparable
El Eixample no solo trajo modernidad urbanística: también fue el lienzo sobre el que artistas como Gaudí, Domènech i Montaner o Puig i Cadafalch plasmaron su genio creativo.
Algunos hitos modernistas que nacieron en el Eixample:
- Casa Batlló y La Pedrera de Gaudí.
- Casa Amatller de Puig i Cadafalch.
- Casa Lleó Morera de Domènech i Montaner.
El Passeig de Gràcia, hoy una de las avenidas más elegantes de Europa, era el eje central donde la nueva burguesía quería mostrar su poderío… y su buen gusto.
Curiosidades del Eixample
- Chaflanes únicos: Cada esquina recortada facilitaba el giro de los tranvías y la visibilidad en los cruces.
- Manzanas abiertas: En el plan original, cada manzana debía estar construida solo en dos lados, dejando espacio para jardines y ventilación.
- Sostenibilidad adelantada: Cerdà ya pensaba en cuestiones como la recogida de basuras, la separación de tráfico y la ventilación natural, conceptos que hoy siguen siendo tendencias urbanísticas.
El Eixample hoy: el corazón vivo de Barcelona
Hoy, el Eixample no es solo un barrio: es el alma de la Barcelona moderna.
- Alberga las principales joyas arquitectónicas de la ciudad.
- Es uno de los distritos más dinámicos comercialmente.
- Su diseño sigue sirviendo de modelo para planes urbanísticos en todo el mundo.
- Iniciativas recientes como Superilles (Supermanzanas) buscan recuperar parte del espíritu original de Cerdà: calles más humanas, con menos coches y más espacio para las personas.
El Eixample: un sueño de ciudad que sigue creciendo
El nacimiento del Eixample no fue solo una expansión física: fue una revolución de ideas.
Fue la apuesta valiente de quienes soñaban una ciudad mejor para todos.
Y todavía hoy, cuando paseamos por sus calles ordenadas, sus patios escondidos y sus fachadas llenas de arte, sentimos que ese sueño sigue muy vivo.
Barcelona no sería la misma sin el Eixample. Y, tal vez, nosotros tampoco.